La contaminación acústica se ha convertido en un problema ambiental de crecimiento exponencial que afecta tanto a la calidad de vida de las personas como al equilibro de los ecosistemas.
Los ámbitos donde es preciso monitorizar el ruido para controlar los niveles de contaminación sonora son diversos e incluyen, principalmente, núcleos urbanos, zonas comerciales, carreteras, aeropuertos, puertos, entornos industriales…
Pero ¿qué herramientas existen para medir el ruido ambiental en base a la normativa vigente?
Legislación sobre el ruido y la contaminación acústica
En España el ruido se legisla a través de la Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido y que tiene como base la Directiva 2002/49/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de junio de 2002, sobre evaluación y gestión del ruido ambiental.
Además, existen dos Reales Decretos que pormenorizan ciertos aspectos de esta ley, como son:
- Real Decreto 1367/2007, que desarrolla dicha Ley en lo referente a zonificación acústica, objetivos de calidad y emisiones acústicas.
- Real Decreto 1052/2022, que establece los requerimientos de las Zonas de Bajas Emisiones en materia de ruido.
Mapa estratégico de ruido: la herramienta de gestión de la contaminación acústica
Los mapas estratégicos de ruido (MER), requeridos por la legislación española, son una herramienta esencial en la gestión de la contaminación acústica.
Responden a la necesidad de conocer dónde es preciso controlar los niveles de presión sonora y consisten en una representación gráfica detallada de los niveles de ruido ambiental en una determinada área geográfica.
Los resultados de estos mapas se utilizan para evaluar y visualizar la exposición al ruido en distintas zonas, identificando las fuentes sonoras y su impacto en el entorno.
De cara a la elaboración de estos mapas, es preciso llevar a cabo diversas etapas:
- Identificar las áreas geográficas que se incluirán en el mapa estratégico de ruido que, dependiendo de lo que requiera la legislación local, pueden abarcar aglomeraciones urbanas, grandes ejes viarios y ferroviarios, grandes aeropuertos etc.
- Recopilar datos relevantes como horas punta de tráfico, horarios de operación y frecuencia de aeropuertos y trenes, eventos y aglomeraciones… para ello es necesario instalar equipos de medición de ruido ubicados en puntos estratégicos de la zona de estudio con el fin de monitorizar en continuo los niveles de ruido en diversas condiciones. Estos datos son cruciales para evaluar de forma precisa la contaminación acústica de una zona.
- A continuación se debe realizar una modelización acústica donde se prevé y calculan los niveles de ruido en diferentes puntos de las áreas seleccionadas.
- En la etapa de zonificación acústica se divide el área en diferentes zonas según el nivel de ruido previsto, lo que facilita la identificación de áreas que pueden requerir medidas de mitigación específicas.
- Por último, se elabora el mapa estratégico de ruido utilizando la información recopilada en los pasos previos.
La monitorización acústica resulta, por tanto, un requisito indispensable en las etapas de toma de datos y modelización con el fin de elaborar mapas estratégicos de ruido basados en datos reales.
¿Cuáles son las fuentes de contaminación acústica más habituales?
Monitorizar el ruido en los ámbitos o fuentes de contaminación acústica más habituales permite gestionar y mitigar los efectos de la contaminación acústica.
Algunos de los ámbitos más comunes son:
- Núcleos urbanos, zonas residenciales y comerciales y recreativas.
- Zonas industriales.
- Espacios sanitarios, docentes y culturales (zonas más sensibles a la contaminación acústica).
- Territorios con infraestructuras de transporte (carreteras, aeropuertos, puertos, estaciones…)
- Entornos agrícolas y zonas rurales, por su impacto sonoro en la vida silvestre.
¿Cómo medir el ruido y la contaminación acústica?
Como mencionábamos previamente, el aparato para medir ruido es el sonómetro: un dispositivo de medición diseñado para cuantificar y evaluar los niveles de ruido en un entorno determinado.
Ya que las áreas más propensas a sufrir contaminación acústica también son propensas a padecer contaminación atmosférica, la solución de monitorización más práctica es, por tanto, aquella que contemple ambas.
Este es el caso de las estaciones de monitorización de la calidad del aire de Envira: todos los modelos tienen la posibilidad de incluir sonómetros y analizadores de gases y partículas que permiten integrar todos los parámetros de medida en un único dispositivo.
Por su diseño ligero y manejable, la estación portátil de monitorización Nanoenvi EQ es la ideal para medir ruido y contaminantes atmosféricos en ciudades, núcleos urbanos con zonas de bajas emisiones y zonas de especial sensibilidad próximas a equipamientos escolares, sanitarios, hospitalarios y residencias de ancianos.
Las estaciones compactas de calidad del aire de Envira, diseñadas con equipos de referencia y sonómetro de clase 1, son perfectas para monitorizar la contaminación acústica y atmosférica en aquellas ubicaciones donde sea preciso remitir datos válidos a las Administraciones competentes, como en Aeropuertos y Puertos por ejemplo.
Por último, las estaciones móviles de calidad del aire cuentan con la misma instrumentación de referencia que las estaciones fijas y compactas, pero permiten su desplazamiento de manera muy sencilla con el fin de realizar campañas de medición puntuales como por ejemplo, la modelización del mapa estratégico de ruido.