Las consecuencias de los incendios forestales trascienden la mera quema de un bosque. Aunque el fuego siempre ha sido un componente esencial para equilibrar la naturaleza y mantener la biodiversidad, factores tales como el cambio climático o la acción humana están provocando un cambio en los regímenes naturales. La consecuencia es que los incendios forestales ganan en intensidad y frecuencia, haciendo que el fuego pierda su carácter benéfico.
Esta situación no solo daña la vegetación. Recursos naturales como el agua o el suelo también sufren las consecuencias de los fuegos intencionados, al igual que las personas expuestas al humo procedente de los incendios forestales.
¿Por qué conviene monitorizar el humo de los incendios forestales?
El signo más evidente de la presencia de un incendio forestal es el penacho de humo. Tal y como señala Evtyugina et al. (2013), las emisiones procedentes de un incendio forestal incluyen:
➢ Gases de efectos invernadero como el dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O).
➢ Compuestos reactivos como el monóxido de carbono (CO).
➢ Compuestos orgánicos volátiles (COVs) como el tolueno y, especialmente, el benceno las sustancias dominantes.
➢ Óxidos de nitrógeno (NOx).
➢ Partículas en suspensión (PM10 y PM2.5), que son los compuestos que dan visibilidad al humo.
Asimismo, es necesario tener en cuenta que las emisiones varían según la fase en la que se encuentre el incendio. Mientras que en la fase de llama predomina el CO2, en la fase de rescoldo o combustión sin llama se genera más CO e hidrocarburos (Rein, 2009). La toxicidad y potencial mutagénico sobre el sistema respiratorio de las PM también es diferente en función de la etapa de combustión e, incluso, de las especies vegetales que arden (Kim et al., 2018).
De esta forma y teniendo en cuenta aspectos tales como las condiciones meteorológicas o la magnitud del fuego, las consecuencias de los incendios forestales pueden hacerse notar en varios kilómetros a la redonda, pudiendo ocasionar serios problemas sobre la salud de la población residente en el área (de la Barrera, Barraza, Favier, Ruiz & Quense, 2018). Por tanto, la monitorización de la calidad del aire en las zonas circundantes al incendio es una acción ineludible para proteger el bienestar de las personas.
Sistemas de monitorización
Las redes de calidad del aire desplegadas en zonas urbanas y ámbitos rurales, y que ENVIRA instala, equipa y explota ofreciendo a las autoridades competentes un servicio llave en mano, también se encargan de supervisar las consecuencias de los incendios forestales en la atmósfera.
En función del entorno o la tipología de la zona se pueden diferenciar las siguientes clases de equipamientos (listado dispuesto en base al Anexo IX del Real Decreto 102/2011, de 28 de enero, relativo a la mejora de la calidad del aire)(1):
➢ Estaciones de calidad del aire urbanas, que tienen una representatividad de varios kilómetros cuadrados.
➢ Estaciones de calidad del aire suburbanas, que aportan datos que cubren algunas decenas de kilómetros.
➢ Estaciones de calidad del aire rurales, que recogen información correspondiente a algunos centenares de kilómetros.
➢ Estaciones de calidad del aire rurales de fondo o remotas, que monitorizan extensiones comprendidas entre los 1 000 a 10 000 km2.
Asimismo, esta monitorización se puede complementar con equipos móviles que supervisan las condiciones ambientales en el lugar del incendio propiamente dicho y que velan por la salud del personal desplegado para hacer frente a las labores de extinción y protección frente al fuego (agentes forestales, cuerpo de bomberos, policía, etc.) y la población local.
El cambio climático, un condicionante para mejorar la red de monitorización
En la introducción se ha aludido al previsible papel que va a desempeñar el cambio climático sobre los incendios forestales, un aspecto que merece la pena abordar con más detalle habida cuenta de su relevancia.
Numerosos estudios sugieren que el cambio climático y la transformación en los regímenes de lluvias, la mayor ocurrencia de olas de calor y períodos de sequía más prolongados que conlleva exacerbarán las consecuencias de los incendios forestales(2), una transformación que ya empieza a percibirse. De hecho, el informe técnico del Centro Común de Investigación (JCR) europeo sobre incendios forestales en la UE 2017 (San-Miguel-Ayanz et al., 2018), señala que «los análisis de los incendios forestales europeos ocurridos en los últimos 30 años muestran un aumento de la duración de la temporada de incendios forestales, y se prevé que el régimen de incendios cambie en casi toda Europa». En el caso de EE.UU. y atendiendo a las estimaciones del IPCC, el período de alto riesgo de incendios forestales se incrementará un 10-30 % (Liu, Pereira, Uhl, Bravo & Bell, 2015).
Este agravamiento de los incendios forestales provocará que más gente se vea expuesta al impacto de las emisiones. En este sentido, Liu et al. (2016) estima que para el período 2046–2051 y solo en EE.UU., más de 82 millones de personas experimentarán un incremento en la frecuencia e intensidad de episodios con niveles elevados de PM2.5 originados por estos eventos.
Las consecuencias sobre la salud de las personas
Las consecuencias sobre la salud de las personas expuestas al humo de los incendios abarcan desde problemas respiratorios que incrementan el riesgo de hospitalización, tos, estornudos, irritación ocular o ataques de asma, con cada vez más estudios que sugieren también una relación con las afecciones cardiovasculares. De igual forma, Holstius, Reid, Jesdale & Morello-Frosch (2012) comprobaron que los fetos expuestos al humo de los incendios forestales presentaban en su nacimiento un peso inferior al nacer. Y aunque es posible que esta disminución, de unos pocos gramos, no tenga aún excesiva relevancia, plantea incertidumbre de cara al futuro a medida que los incendios se intensifiquen y el humo se añada a otras fuentes de emisiones contaminantes.
En resumen, los incendios forestales intencionados quiebran el ciclo natural de la naturaleza, causando la pérdida de biodiversidad y comprometiendo recursos como el agua, el suelo o la propia atmósfera. Una vez más, la monitorización de la calidad del aire con equipos fiables como los que comercializa ENVIRA se configura como una solución para alertar a la población y activar, en caso de necesidad, protocolos de actuación que protejan la salud de la ciudadanía.
Referencias:
– (1) España. Real Decreto 102/2011, de 28 de enero, relativo a la mejora de la calidad del aire. Boletín Oficial del Estado, 29 de enero de 2011, núm. 25, pp. 9574 a 9626. https://www.boe.es/boe/dias/2011/01/29/pdfs/BOE-A-2011-1645.pdf
– (2) Climate change causing more severe wildfires, larger insect outbreaks in temperate forests. (2018). https://www.eurekalert.org/pub_releases/2018-11/psu-ccc110718.php
– de la Barrera, F., Barraza, F., Favier, P., Ruiz, V., & Quense, J. (2018). Megafires in Chile 2017: monitoring multiscale environmental impacts of burned ecosystems. Science Of The Total Environment, 637-638, 1526-1536. doi:http://doi.org/c4gn
– Evtyugina, M., Calvo, A., Nunes, T., Alves, C., Fernandes, A., & Tarelho, L. et al. (2013). VOC emissions of smouldering combustion from Mediterranean wildfires in central Portugal. Atmospheric Environment, 64, 339-348. doi: http://doi.org/f4m6tw
– Holstius, D., Reid, C., Jesdale, B., & Morello-Frosch, R. (2012). Birth weight following pregnancy during the 2003 southern California wildfires. Environmental Health Perspectives, 120(9), 1340-1345. doi: http://doi.org/f47q8m
– Kim, Y., Warren, S., Krantz, Q., King, C., Jaskot, R., & Preston, W. et al. (2018). Mutagenicity and lung toxicity of smoldering vs. flaming emissions from various biomass fuels: implications for health effects from wildland fires. Environmental Health Perspectives, 126(1), 017011. doi:http://doi.org/gcw296
– Liu, J., Mickley, L., Sulprizio, M., Dominici, F., Yue, X., & Ebisu, K. et al. (2016). Particulate air pollution from wildfires in the Western US under climate change. Climatic Change, 138(3-4), 655-666. doi:http://doi.org/f859gq
– Liu, J., Pereira, G., Uhl, S., Bravo, M., & Bell, M. (2015). A systematic review of the physical health impacts from non-occupational exposure to wildfire smoke. Environmental Research, 136, 120-132. doi:http://doi.org/f6s983
– Rein, G. (2009). Smouldering combustion phenomena in science and technology. International Review Of Chemical Engineering, (1). https://www.researchgate.net/publication/252445702_Smouldering_Combustion_Phenomena_in_Science_and_Technology
– San-Miguel-Ayanz, J., Durrant, T., Boca, R., Libertà, G., Branco, A., & de Rigo, D. et al. (2018). Forest Fires in Europe, Middle East and North Africa 2017. EUR 29318 EN, ISBN 978-92-79-92831-4. doi:http://doi.org/ct4p