Las actividades humanas son las principales responsables del cambio climático al haber provocado un aumento de las temperaturas globales de aproximadamente 1ºC sobre el nivel preindustrial.
Si este ritmo prevalece, entre 2030 y 2050 se podría a llegar a un aumento en la temperatura global media de 1,5º Celsius, lo que implica temidas consecuencias a niveles sociales y medioambientales, muchas de las cuales ya estamos padeciendo a día de hoy: eventos climáticos extremos como tormentas intensas, inundaciones o sequías, incremento del nivel del mar, pérdida de biodiversidad, aumento de olas de calor, escasez de agua, cambios en la producción de cultivos…
Con el fin de limitar el calentamiento global y de cumplir las obligaciones asumidas por parte de España en el Acuerdo de París de 2015 se publica la Ley 7/2021 de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética.
¿Qué objetivos persigue la Ley de cambio climático y transición energética?
Este marco legal está diseñado para abordar la amenaza del cambio climático y facilitar la descarbonización de la economía española, su transición a un modelo circular (de modo que se garantice el uso racional y solidario de los recursos) y promover la adaptación a los impactos del cambio climático, así como la implantación de un modelo de desarrollo sostenible que genere empleo decente y contribuya a la reducción de las desigualdades.
Objetivos 2030 frente al cambio climático
Con el fin de cumplir con los compromisos adquiridos, la ley establece los siguientes objetivos mínimos nacionales para el año 2030:
- Una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero del conjunto de la economía española al menos un 23% respecto a las del año 1990.
- Que al menos un 42% del consumo de energía final proceda de las energías renovables.
- La consecución de un sistema eléctrico con al menos un 74% de generación de energía procedente de energías renovables.
- Una mejoría en la eficiencia energética que suponga la disminución del consumo de energía primaria en, al menos, un 39,5% con respecto a la línea de base.
Todo ello implica la implementación de medidas específicas en sectores clave como la industria, el transporte y la generación de energía, además de incentivar la inversión en tecnologías más limpias y eficientes, promover la investigación y el desarrollo en el campo de la energía renovable y establecer políticas que fomenten la adopción de estas fuentes.
¿Qué herramientas existen para lograr los objetivos de esta ley?
Para lograr todos estos objetivos se cuenta con dos herramientas de gobernanza de clima y energía establecidas en el Reglamento 2018/1999 del Parlamento Europeo: los Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima (PNIEC) y la Estrategia de Descarbonización a 2050.
Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima (PNIEC)
Los PNIEC son herramientas de planificación estratégica nacional cuyo objetivo principal es establecer políticas, medidas y acciones necesarias para que cada Estado miembro logre asegurar el logro del avance colectivo en los objetivos generales y específicos de la Unión de la Energía para 2030.
Estos planes se desarrollan en consonancia con la legislación europea en materia de energía y clima y están alineados con los objetivos de la UE para 2030 y la neutralidad climática para 2050.
Contienen una serie de elementos clave que incluyen:
- Objetivos específicos y detallados para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
- Metas cuantificables para la participación de las energías renovables en materia energética.
- Medidas para mejorar la eficiencia energética en sectores clave como el transporte, la industria y la edificación.
- Desarrollo de tecnologías limpias y sostenibles.
Estrategia de Descarbonización a 2050
Esta estrategia es un plan a largo plazo diseñado para guiar y orientar a un país, región o entidad hacia la reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero y la transición hacia un sistema más sostenible y resiliente al cambio climático.
Esta estrategia ofrece un análisis del contexto actual en la que se destaca la necesidad de descarbonización urgente e identifica y aborda los principales sectores contribuyentes a las emisiones de GEI, como son: energía, industria, transporte, agricultura y gestión de residuos.
También proporciona una hoja de ruta detallada para la transición hacia fuentes de energía limpias y renovables y fomenta el desarrollo y la adopción de tecnologías limpias e innovadoras que contribuyan a la reducción de emisiones.
Además, establece un marco de monitorización y evaluación del progreso hacia los objetivos establecidos, pudiendo realizarse ajustes estratégicos según sea necesario.
Monitorización de emisiones en los principales sectores emisores de GEI
La monitorización en aquellos sectores que más gases de efecto invernadero emiten a la atmósfera es esencial para cumplir con los compromisos climáticos.
Como mencionábamos en el apartado anterior, estos sectores principalmente incluyen:
- Industria
- Generación de energía
- Transporte
- Agricultura
- Gestión de residuos
Cada sector tiene características únicas y fuentes específicas de emisiones, lo que requiere enfoques específicos de monitorización una vez se plantee el diseño y la implementación del Sistema de Monitorización de Emisiones en Continuo (CEMS).
Este sistema deberá contar con instrumentación analítica con aprobación de tipo y un sistema de adquisición de datos en continuo.
Las empresas que pertenezcan a estos sectores tendrán la obligación de reportar los datos a las Administraciones competentes con el fin de garantizar que se cumplan los estándares y límites específicos establecidos por las autoridades reguladoras.
Es evidente, por tanto, que contar con un sistema de monitorización de emisiones preciso y transparente contribuye a la toma de decisiones informadas, mejora de forma continua las prácticas industriales y facilita la rendición de cuentas en el marco de objetivos para abordar el cambio climático de acuerdo a la Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
