La batalla para reducir las emisiones contaminantes debe librarse desde numerosos frentes, aunque hay dos cuestiones importantes que deben tenerse en cuenta para alcanzar el éxito: la información sobre la calidad del aire disponible y la percepción de las personas en torno a la contaminación.
¿Por qué? Primero porque la contaminación es un factor de riesgo para la salud humana, por lo que disponer de un sistema de monitorización de la calidad del aire que aúne tanto datos de estaciones fijas como mediciones indicativas resulta clave para mantener a la población informada. Y segundo, porque conseguir que la gente perciba la información sobre calidad del aire como algo relevante puede contribuir a modificar su comportamiento y hacerlo más sostenible.
Interpretación de la información sobre calidad del aire, una cuestión de percepción
Cuando una empresa como ENVIRA instala y configura sus paneles informativos y aplicaciones web y móviles destinados a mostrar los datos que recopilan sus redes de vigilancia de calidad del aire, está poniendo a disposición de la población indicadores ambientales objetivos. La representación de esta información responde muchas veces a las exigencias normativas vigentes (en marzo de 2019 se aprobó el nuevo Índice Nacional de Calidad del Aire en España), pero la interpretación que hace cada persona de esa información es una cuestión de percepción, lo que conlleva que, frente a un nivel de calidad del aire determinado, la actuación sea diferente.
La percepción, según Ward, Grinstein & Keim (2015), se puede definir como el proceso de reconocer (ser consciente de), organizar (reunir y almacenar) e interpretar (vincular con el conocimiento) la información sensorial (en este caso, la información sobre calidad del aire que muestra el panel o aplicación de ENVIRA).
En su construcción se conjugan un gran número de variables (1):
➢ Variables personales: habilidades perceptivas personales influidas por la edad, o actividad habitual, género, experiencia o estética.
➢ Variables culturales: cultura y entorno y profesión.
➢ Variables del propio entorno físico.
Las experiencias previas y el recuerdo se pueden considerar, por tanto, factores determinantes en la interpretación de la información de la calidad del aire. Esta circunstancia ligada a la subjetividad explicaría por qué las personas que sufren más los efectos de la contaminación del aire consultan en mayor medida este tipo de datos (Sala, López-Asensio, Moya & Oltra, 2017).
Claridad en la información sobre calidad del aire, un factor determinante
Ante un problema hasta cierto punto “invisible” (el detrimento de la calidad del aire solo se hace perceptible a través de los sentidos a partir de ciertos niveles) y en el que incluso los niveles de contaminación que no superan los límites reglamentarios pueden resultar perjudiciales (2), enviar un mensaje claro cuando se informa sobre la calidad del aire resulta clave.
Se trata de una cuestión sobre la que advierten diversos estudios: en ocasiones, la información proporcionada no resulta comprensible o es difícil de entender, así que mucha gente tiende a desentenderse del tema. Esta es la conclusión a la que llegan, por ejemplo, autores como Beaumont, Hamilton, Machin, Perks & Williams (1999). Las encuestas llevadas a cabo en Reino Unido en el marco de su investigación ponen de manifiesto que el «suministro y difusión de información no se ajusta a las demandas públicas; es necesario mejorar la profundidad y la amplitud de la información local», una carencia que las actuales tecnologías de monitorización de la calidad del aire, en las que ENVIRA es referente, pueden ayudar a reducir.
Los estudios demuestran que muchas personas tienden a variar su comportamiento cuando se sienten bien informadas, respondiendo de forma especialmente positiva ante las alertas sobre calidad del aire (Smallbone, 2012; Sala, López-Asensio, Moya & Oltra, 2017). Pero, ¿qué entiende la gente por un buen nivel de información? Las encuestas y entrevistas realizadas por Smallbone (2012) en Reino Unido determinan que la gente demanda:
➢ Conocer el nivel de contaminación (la información detallada sobre el tipo de contaminación es considerado un aspecto secundario).
➢ Saber dónde se localiza la contaminación a escala local.
➢ Ser informada sobre los efectos relevantes de esa contaminación sobre la salud.
➢ Recibir consejos sobre las medidas que pueden adoptarse para evitar o reducir la exposición.
El papel de la tecnología persuasiva
Una vez que se ha determinado que la población puede llegar a alterar sus hábitos cuando se da a la información sobre calidad del aire la profundidad, claridad y detalle demandada, merece la pena hacer una breve mención al papel que la tecnología persuasiva puede desempeñar en la transmisión del mensaje.
Chatterjee & Price (2009) definen la tecnología persuasiva como un «sistema, dispositivo o aplicación de informática diseñado intencionalmente para cambiar la actitud o el comportamiento de una persona de una manera predeterminada». Y aunque se trata de una materia que ha recibido mayor atención desde la perspectiva de la medicina preventiva y la salud pública, no cabe duda de que también puede jugar un rol importante en los aspectos relacionados con la calidad del aire.
A pesar de que la mayor parte de las personas se informan sobre la calidad del aire a través de la televisión y la prensa, internet es también un canal al que cada vez recurre más gente, especialmente la población más joven (Sala, López-Asensio, Moya & Oltra, 2017). Las actuales aplicaciones móviles o aplicaciones web como las que ofrece ENVIRA pueden ser, por tanto, las plataformas ideales para, a través de notificaciones o avisos, mejorar la calidad de la información que se proporciona a la sociedad.
La información sobre la calidad del aire, en resumen, puede contribuir a alterar los hábitos de la sociedad, haciéndolos más sostenibles y saludables. Pero esta comunicación siempre deberá ser clara, sencilla y útil, satisfaciendo las necesidades de todos los colectivos. De igual forma, deberá tener en cuenta los diferentes canales de consulta y el uso que los diferentes grupos de población hacen de ellos.
Referencias:
– (1) CRAI Universitat de Barcelona. Variables que influyen en la percepción ambiental. http://www.ub.edu/psicologia_ambiental/unidad-2-tema-2-4
– (2) European Society of Cardiology (2018) Rapid pollution increases may be as harmful to the heart as absolute levels: Study authors call for more research that could guide EU pollution regulations. www.sciencedaily.com/releases/2018/02/180215180322.htm
– Beaumont, R., Hamilton, R., Machin, N., Perks, J., & Williams, I. (1999). Social awareness of air quality information. Science Of The Total Environment, 235(1-3), 319-329. doi: http://doi.org/bxcj85
– Chatterjee, S., & Price, A. (2009). Healthy living with persuasive technologies: framework, issues, and challenges. Journal Of The American Medical Informatics Association, 16(2), 171-178. doi:http://doi.org/bnr5vm
– Sala, R., López-Asensio, S., Moya, E., & Oltra, C. (2017). Percepción pública de la contaminación atmosférica urbana en Pamplona [PDF]. Madrid: CIEMAT. http://documenta.ciemat.es/handle/123456789/357
– Smallbone, K. (2012). Individuals interpretation of air quality information: customer insight and awareness study [PDF]. Brighton: University of Brighton. https://uk-air.defra.gov.uk/assets/documents/reports/cat14/1210261047_Individuals_interpretation_of_air_quality_information_customer_insight_&_awareness_study.pdf
– Ward, M., Grinstein, G., & Keim, D. (2015). Human perception and information processing. En Interactive Data Visualization. Foundations, Techniques and Applications (pp. 73-128). Boca Raton (FL): CRC Press.