Las operaciones y procesos industriales implican, generalmente, una serie de reacciones físico-químicas que generan emisiones de contaminantes cuya liberación puede afectar a la calidad del aire, del agua y del suelo.
Se entiende por emisión la liberación al medioambiente de sustancias contaminantes tanto de forma continua como discontinua. El término “emisiones industriales”, concretamente, hace referencia a las liberaciones resultantes de las diversas actividades industriales: producción de energía, la fabricación de productos químicos, la producción de cemento, la metalurgia… entre muchas otras.
Su origen es muy diverso y la clasificación de los tipos de emisiones industriales puede hacerse desde distintos ángulos, como el tipo de sustancia contaminante, la actividad industrial o el foco emisor.
Emisiones industriales por tipo de sustancia contaminante
El Registro de Emisiones y Fuentes Contaminantes (PRTR, por sus siglas en inglés) nos permite conocer cuáles son las emisiones más comunes que producen las industrias agrupándolas por tipo de contaminante. De esta forma encontramos:
- Gases de efecto invernadero
- Compuestos orgánicos persistentes
- Sustancias acidificantes, eutrofizantes y precursoras de ozono
- Metales pesados
- Pesticidas
Gases de efecto invernadero (GEI)
Esta clasificación hace referencia a la emisión de aquellos contaminantes que favorecen el calentamiento global, como son el vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2), el óxido nitroso (NO2) el metano (CH4), el ozono (O3), los hidrofluorocarburos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y el hexafluoruro de azufre (HF6), siendo estos últimos de origen antropogénico.
Compuestos orgánicos persistentes (COP)
En este grupo se clasifican aquellas sustancias químicas altamente tóxicas, bioacumulables y altamente persistentes con capacidad para transportarse a larga distancia, lo que supone una importante amenaza para el medio ambiente y la salud humana.
Algunos ejemplos de estos COP son los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) como el Benzo(a)pireno, Hexaclorobenceno, PCB, Hexabromobifenilo…
Sustancias acidificantes, eutrofizantes y precursoras de ozono
Las emisiones de este tipo de contaminantes tienen impactos significativos en la calidad del aire, del agua y del suelo, además de la salud humana.
Los gases acidificantes como el SO2, NOx y NH3 que son emitidos a la atmósfera sufren una transformación química (ácido sulfúrico o nítrico, sulfato de amonio y nitrato amónico) que provoca grandes daños a los ecosistemas naturales sensibles a la acidificación.
Por otro lado, el NOx y el NH3 provocan un enriquecimiento anormal de nutrientes en masas de agua superficiales, dando lugar a pérdida de calidad, descenso del oxígeno, aparición de toxinas…
Por último, los precursores de ozono como los compuestos orgánicos volátiles no metánicos (COVNM), el CO, NOx y el metano (CH4) son sustancias que favorecen la formación de ozono troposférico, un factor importante en el control del cambio climático.
Existen también otras sustancias de origen antropogénico cuyas emisiones agotan la capa de ozono, como los hidrocarburos halogenados.
Metales pesados
Diversas actividades industriales como la combustión de combustibles fósiles, el tratamiento de metales y minerales o la gestión de residuos pueden provocar emisiones de metales pesados como el arsénico, cadmio, cromo, cobre, mercurio, plomo, cobalto, níquel…
Estos metales pesados están asociados a la contaminación y a la potencial toxicidad y ecotoxicidad.
Pesticidas
Aunque la función de los pesticidas sea principalmente mejorar el rendimiento agrícola, controlar insectos vectores de enfermedades y a proteger la salud pública, algunos de ellos pueden tener efectos muy negativos en la salud humana y el medio ambiente, por lo que es preciso controlar las emisiones de pesticidas como el alaclor, aldrina, clordecona, endosulfán, mirex, toxafeno…
Tipos de emisiones por actividad industrial
Si lo que nos interesa es conocer cuáles son las industrias que más emisiones generan en sus procesos, el PRTR nos proporciona la siguiente clasificación:
- Instalaciones de combustión / energéticas: principalmente emisiones de SO2, NOx y partículas finas (PM).
- Producción y transformación de metales: emisiones principalmente de metales pesados como el plomo, mercurio, cadmio y arsénico, así como óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre.
- Industrias minerales: liberan principalmente partículas en suspensión, dióxido de azufre y otros compuestos resultantes de la extracción, trituración y procesamiento y transporte de minerales metálicos y no metálicos.
- Industria química: esta industria emite principalmente compuestos orgánicos volátiles, gases ácidos, NOx y SO2.
- Gestión de residuos y aguas residuales: la descomposición de los residuos orgánicos liberan generalmente metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2), además de compuestos orgánicos volátiles, compuestos sulfurados y amoniacales durante los procesos de tratamiento y compostaje y otras sustancias como los compuestos orgánicos persistentes (COPs).
- Industria derivada de la madera (papel y cartón): muy parecido a la industria química, libera a la atmósfera principalmente SO2, COVs, partículas y otras sustancias tóxicas para el blanqueo y tratamiento de la madera.
- Ganadería y agricultura intensiva: las sustancias contaminantes son, principalmente, NH3, COVs, gases de efecto invernadero y otros contaminantes procedentes de la gestión del estiércol y los desechos orgánicos.
- Productos de origen animal y vegetal de la industria alimentaria y de las bebidas: estas industrias provocan generan, principalmente, COVs, gases de efecto invernadero, vapores y partículas.
- Otras actividades como la industria textil, la industria del plástico, la del cemento o la del vidrio, entre otros, también se incluyen en las industrias generadoras de emisiones.
Estas actividades industriales pueden clasificarse, a su vez, en actividades potencialmente contaminadoras de la atmósfera (APCAS), agrupadas en 3 grupos principales (Grupo A, B y C) en función de su potencial contaminante.
De esta forma, las actividades del Grupo A serán aquellas que generan un mayor impacto sobre el medio ambiente, las del Grupo B son las emisiones con menor potencial contaminante pero con relevancia en la contribución a la contaminación atmosférica y por último, las del Grupo C son las que aún teniendo focos de emisión de contaminantes a la atmósfera, no generan emisiones tan relevantes como las que se engloban en los grupos anteriores.
El catálogo completo se encuentra en el Real Decreto 100/2011, por el que se actualiza el catálogo de actividades potencialmente contaminadoras y se establecen las disposiciones básicas para su aplicación.
Tipos de emisiones por foco de emisión
Además de las dos clasificaciones anteriores basadas en el tipo de sustancia contaminante y la actividad industrial, podemos diferenciar las emisiones industriales por su foco de emisión.
Emisiones puntuales
Se entiende por emisiones puntuales aquellas que provienen de fuentes concretas y bien definidas dentro de una instalación industrial, son fácilmente identificables y pueden ser controladas con tecnologías específicas.
Dentro de este tipo se encuentran las emisiones canalizadas, que son aquellas en las que la liberación de los contaminantes es dirigida o transportada al medioambiente a través de chimeneas o tuberías.
Las emisiones canalizadas permiten un mejor control y gestión de los contaminantes liberados gracias a los sistemas de monitorización de emisiones en continuo, que permiten controlar adecuadamente el cumplimiento de las regulaciones ambientales.
Emisiones no puntuales
Las emisiones no puntuales hacen referencia a aquellas emisiones que no tienen una fuente específica identificable, sino que provienen de múltiples fuentes dispersas dentro de una instalación o área industrial pero que se pueden identificar y medir claramente.
Estas emisiones pueden ser más difíciles de controlar y monitorizar debido a su naturaleza dispersa -como las emisiones de compuestos orgánicos volátiles en una planta química- y por tanto, contar con sistemas de monitorización perimetral en continuo permite analizar los datos recogidos y asegurar en todo momento el cumplimiento de la legislación en los valores límite de emisión.
Emisiones difusas
Las emisiones difusas son el resultado de procesos industriales que liberan contaminantes en el aire, suelo o agua a lo largo de un área extensa (no se originan en un punto único y bien definido), siendo por tanto menos concentradas y más dispersas que las emisiones canalizadas.
Emisiones fugitivas
Son liberaciones no intencionales de contaminantes que ocurren debido a fugas o escapes accidentales en los equipos, tuberías, válvulas o sistemas de almacenamiento y manipulación de materiales.
Estas emisiones representan una parte importante de las emisiones globales y su principal problema es que al producirse de forma no intencionada tienen un alto impacto en la rentabilidad de la empresa y el medio ambiente.
Puedes leer nuestro artículo “Detección y control de emisiones fugitivas en la industria de procesos” para más información.
