Soluciones
Gracias a ellas se puede disponer de información de parámetros meteorológicos fundamentales en la agricultura de precisión y realizar acciones como:
· Medir la temperatura y humedad relativa
· Medir la velocidad y dirección del viento
· Monitorizar la presión atmosférica
· Medir los niveles de radiación solar
· Monitorizar las precipitaciones
Su diseño compacto y portátil permite que estas estaciones puedan vincularse entre sí para formar una Red de sensores IoT con el fin de capturar datos meteorológicos en grandes extensiones de terreno.
Los datos pueden ser tratados en tiempo real para obtener información relevante de los cultivos y el sistema informático inteligente para la explotación de los mismos permite generar alertas y notificaciones ante situaciones que afecten a los cultivos.
Reducir riesgos climáticos
La reducción de riesgos asociados con eventos climáticos extremos como heladas, sequías o inundaciones mediante la anticipación y adopción de de medidas preventivas.
Riesgo de plagas
Los datos meteorológicos recopilados ayudan al monitoreo y control de plagas en cultivos y prevenir la proliferación de enfermedades, siendo capaces de predecir los ciclos de vida de las plagas y pudiendo planificar estrategias de control.
Control de riego
Medimos las necesidades de riego en base a los datos que mide el dispositivo sobre humedad en suelo, precipitaciones recogidas, velocidad del viento y radiación solar, que pueden emplearse para calcular la evapotranspiración de los cultivos y por tanto, sus requerimientos de riego.
Calidad en cultivos
El conjunto de datos de las estaciones para agricultura permiten a los agricultores tomar decisiones que mejoren la calidad de sus cosechas en términos de nutrición, sabor y apariencia visual.
El sistema de alertas se personaliza de manera individual para cada usuario, configurando los niveles de activación y de qué forma se van a recibir los avisos, especialmente útil en agricultura extensiva.
Monitorizar las condiciones meteorológicas específicas de una zona agrícola permite comprender mejor el clima local y sus efectos sobre los cultivos, optimizar la planificación y la gestión de las actividades como la siembra, el riego o la aplicación de fertilizantes y pesticidas y por supuesto mejorar la eficiencia en el uso de recursos como el agua y la energía.
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