La supervisión de la calidad del aire interior en los aeropuertos permite proporcionar a las personas congregadas en estos espacios de unas óptimas condiciones ambientales. De esta forma, tanto la espera como el disfrute de las múltiples opciones de ocio y consumo que ofrece un aeropuerto puede desarrollarse con el máximo confort y placer, satisfaciendo de igual forma las necesidades del personal que trabaja en la terminal.
De ahí que medir la calidad del aire interior en aeropuertos sea recomendable, por eso las entidades gestoras de estas instalaciones optan cada vez más por monitorizar los diferentes parámetros que condicionan la calidad del aire interior de estos espacios.
¿Qué factores condicionan la calidad del aire interior en un aeropuerto?
Aunque no hay muchos estudios que analicen de forma pormenorizada las condiciones de calidad del aire en el interior de los aeropuertos, es un aspecto al que la gente concede una notable importancia.
Balaras, Dascalaki, Gaglia & Droutsa (2003), por ejemplo, en el estudio que llevaron a cabo sobre tres aeropuertos griegos localizados en diferentes partes del país, comprobaron a través de encuestas que casi el 70 % de las personas encuestadas mostraban quejas acerca de la mala calidad del aire interior, siendo la temperatura o el porcentaje de humedad inadecuados algunas de las principales molestias.
Por tanto, en los siguientes epígrafes se detallan algunos de los factores que definen esta calidad del aire. Son condicionantes que, sin duda, pueden motivar que las entidades gestoras aeroportuarias se inclinen por la instalación de sistemas de monitorización en continuo como Nanoenvi IAQ, que consta de diversos dispositivos IoT que recogen información en tiempo real y la envían a un centro de control capaz de alertar en caso de superar los niveles recomendados.
Emisiones procedentes del exterior
Resulta obvio que en la calidad del aire interior de una instalación aeroportuaria influyen las operaciones que se realizan en el exterior y que penetran en el interior de la terminal a través de los sistemas de ventilación.
Según la web de Airport Carbon Accreditation (1), algunas de las fuentes que generan emisiones en un aeropuerto genérico, tal y como se puede observar en la imagen adjunta, son:
➢ Aterrizaje y despegue de los aviones.
➢ Maniobras de las aeronaves.
➢ Tráfico de vehículos de asistencia.
➢ Medios de transporte en los que se desplazan los viajeros y viajeras y el personal que trabaja en las instalaciones.
➢ Sistemas de generación energética
➢ Gestión de residuos
Las aeronaves, por ejemplo, son una importante fuente de generación de partículas en suspensión. En este sentido, Zhu, Fanning, Yu, Zhang & Froines (2011), comprobaron que durante las operaciones de despegue en el aeropuerto de Los Ángeles (EE.UU.) se registraban concentraciones de partículas ultrafinas unas 1000 veces superiores a los niveles urbanos normales. De igual forma, durante el despegue también se registran elevados niveles de compuestos bencénicos, naftaleno, antraceno, etc.
¿Qué volumen de compuestos de estas características pueden penetrar en la atmósfera interior de la terminal? Atendiendo a las conclusiones de algunos estudios, una cantidad importante. Ren, Cao & Liu (2018) demostraron, por ejemplo, que la exposición total a partículas ultrafinas durante el período de espera promedio (contando la estancia en el edificio de la terminal y en la cabina del avión) equivale aproximadamente a 11 horas de exposición en un entorno urbano normal.
Concentración de personas y mobiliario
Las personas producen y exhalan CO2 como resultado de los procesos metabólicos del organismo. Por lo tanto, cuando en un espacio cerrado hay una gran densidad de gente, los niveles de CO2 pueden incrementarse de manera apreciable.
De hecho, la concentración de CO2 suele usarse como indicador para conocer cómo es la calidad del aire interior, siendo su medición continua un aspecto de interés para analizar el rendimiento del sistema de ventilación, la calidad del aire exterior y los patrones de ocupación del edificio (2). Atendiendo a las recomendaciones que efectúa en España el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT, 2015), «la tasa de generación del CO2 de una persona en reposo es conocida y es proporcional a la actividad metabólica. Dicha concentración se establece en aproximadamente 1.000 ppm (partes por millón) o, mejor expresado, entre 600 y 700 ppm de CO2 por encima de la concentración normal en el aire que es de 330 ppm».
En estos casos, resulta fundamental el correcto funcionamiento de los sistemas de ventilación que permiten la renovación del aire y la determinación del ratio de ventilación por persona necesario.
Las personas que deambulan o trabajan en las terminales de los aeropuertos también están expuestas a compuestos orgánicos volátiles (COVs o VOCs en inglés), es decir, sustancias con base de carbono que, a temperatura ambiente normal, permanecen en estado gaseoso. Se asocian, por ejemplo, con la generación de malos olores en interiores y algunos de los más conocidos y perjudiciales para la salud son el formaldehído, el benceno o el fenol.
Parte de estas sustancias proceden del mobiliario y los materiales constructivos de la edificación. Tal y como apunta Menghi, Ceccacci, Papetti, Marconi & Germani (2018), los elementos de mobiliario son en realidad productos ensamblados en los que se utilizan diversas materias primas y elementos adhesivos, pinturas, disolventes, etc. Estos productos emiten a la atmósfera compuestos orgánicos volátiles, especialmente si están recién instalados, se ahí que sea importante seleccionar muebles con bajas emisiones.
Actividades hosteleras y de restauración
Las actividades de hostelería y los restaurantes existentes en las terminales de los aeropuertos también pueden contribuir a rebajar la calidad del aire interior.
La preparación de comida, un aspecto cuya incidencia en la calidad de la atmósfera interior ya se ha tratado en el presente blog, genera compuestos orgánicos volátiles y partículas en suspensión (Zanni, Lalli, Foschi, Bonoli & Mantecchini, 2018). La monitorización de las emisiones de estas fuentes, por tanto, podría también conducir a una mejora en la calidad del aire interior de la terminal.
Teniendo en cuenta los porcentajes de crecimiento que registra cada año el transporte aéreo (2018, con unos 4 300 millones de personas transportadas, registró un incremento del 6,1 % respecto de 2017), el mantenimiento de unos niveles óptimos en la calidad del aire interior de los aeropuertos es un aspecto que cada vez va a cobrar mayor importancia con el fin de proporcionar al personal trabajador y a los usuarios y usuarias de las instalaciones una estancia agradable. Y no cabe duda, tal y como apuntan Zanni, Lalli, Foschi, Bonoli & Mantecchini (2018), que los sistemas de gestión del aire basados en la supervisión en tiempo real (con soluciones como las que comercializa ENVIRA) permitirán optimizar y mejorar la sostenibilidad ambiental y económica de estas infraestructuras.
Referencias:
– (1) Airport Carbon Accreditation. (2017). Possible sources of emissions at an airport. https://www.airportco2.org/possible-sources-of-emissions-at-an-airport.html
– (2) ASTM, ASTM D6245-12, Standard guide for using indoor carbon dioxide concentrations to evaluate indoor air quality and ventilation. 2012: West Conshohocken, PA. https://www.astm.org/Standards/D6245.htm
– Balaras, C., Dascalaki, E., Gaglia, A., & Droutsa, K. (2003). Energy conservation potential, HVAC installations and operational issues in Hellenic airports. Energy And Buildings, 35(11), 1105-1120. doi:http://doi.org/czq58q
– INSHT (2015). Guía técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relativos a la utilización de lugares de trabajo. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. http://www.insht.es/InshtWeb/Contenidos/Normativa/GuiasTecnicas/Ficheros/lugares.pdf
– Menghi, R., Ceccacci, S., Papetti, A., Marconi, M., & Germani, M. (2018). A method to estimate the total VOC emission of furniture products. Procedia Manufacturing, 21, 486-493. doi:http://doi.org/c5b3
– Ren, J., Cao, X., & Liu, J. (2018). Impact of atmospheric particulate matter pollutants to IAQ of airport terminal buildings: A first field study at Tianjin Airport, China. Atmospheric Environment, 179, 222-226. doi:http://doi.org/gdgrtg
– Zanni, S., Lalli, F., Foschi, E., Bonoli, A., & Mantecchini, L. (2018). Indoor air quality real-time monitoring in airport terminal areas: an opportunity for sustainable management of micro-climatic parameters. Sensors, 18(11), 3798. doi:http://doi.org/c5b4
– Zhu, Y., Fanning, E., Yu, R., Zhang, Q., & Froines, J. (2011). Aircraft emissions and local air quality impacts from takeoff activities at a large International Airport. Atmospheric Environment, 45(36), 6526-6533. doi:http://doi.org/djzqq3