La liberación de polvo y ruido en obras de construcción puede tener consecuencias significativas para la salud pública y el medio ambiente, puesto que las partículas de polvo en suspensión afectan a la calidad del aire y el ruido constante genera molestias a los ciudadanos y residentes cercanos a la obra.
Por este motivo, es fundamental llevar a cabo un control ambiental, pero ¿en qué consiste exactamente?
Control de emisiones de polvo en obras, ¿por qué es importante?
El polvo generado durante las actividades de construcción contiene una mezcla de partículas finas de diversos tamaños que resulta perjudicial para la salud y además contribuye a la contaminación atmosférica.
Actividades que implican corte y triturado de materiales, la perforación de paredes o suelos, actividades de pulido o acabado de superficies, la demolición de estructuras existentes o simplemente la manipulación y transporte de materiales son una fuente de producción de polvo y ruido que, además de resultar un riesgo para la salud de los trabajadores y aumentar las emisiones de material particulado, implicarán operaciones de limpieza con un consiguiente coste extra.
¿Cómo se realiza el control de emisiones de polvo en obras viales y de construcción?
Existen diversos métodos para controlar las emisiones de polvo en obras y minimizar así los impactos ambientales y proteger la salud pública.
Dentro de las técnicas más empleadas de control de polvo se encuentra la aplicación de agua mediante sistemas de riego, un método efectivo que ayuda a mantener la humedad en el suelo y en los materiales evitando así la liberación de partículas al aire.
También es frecuente equipar la maquinaria y vehículos con sistemas de aspersión de agua que pueden controlar la emisión de polvo durante las operaciones, un enfoque muy efectivo sobre todo en obras viales y actividades que impliquen movimiento de tierras.
Otra solución muy empleada es utilizar barreras físicas contra el viento, como cercas de tela o paredes temporales que pueden ayudar a reducir la dispersión del polvo causados por el viento, especialmente en aquellas zonas en las que las condiciones meteorológicas favorecen propagación del polvo.
En actividades como corte, demolición o excavación se deben implementar medidas específicas de control de polvo que pueden incluir el uso de sistemas de contención, sistemas de aspiración y técnicas de humedecimiento.
Con el fin de saber si estas medidas de control de polvo en obras están siendo eficaces, es fundamental monitorizar de forma continua la calidad del aire, centrándose, principalmente, en el control de partículas finas como PM 10 y PM 2,5.
Los resultados de esta monitorización permitirán ajustar las estrategias de control según sea necesario.
Un ejemplo de ello es el ahorro de agua cuando se emplean los sistemas de riego y aspersión: al poder ver en tiempo real cómo fluctúan las emisiones de material particulado se puede ajustar el flujo de agua permitiendo un equilibrio óptimo entre riego/aspersión y límite de emisiones.
El ruido en obras de construcción
El sector de la construcción es uno de los más ruidosos debido a la propia naturaleza del trabajo que se realiza.
Como consecuencia derivada de estos trabajos, no sólo se producen emisiones de polvo, sino también altos niveles de ruido que generan verdaderas molestias tanto a trabajadores como a vecinos de la zona, afectando incluso al medioambiente.
Según el artículo 4 del Real Decreto 286/2006, de 10 de marzo, los riesgos derivados de la exposición al ruido deberán eliminarse en su origen o reducirse al nivel más bajo posible, teniendo en cuenta los avances técnicos y la disponibilidad de medidas de control del riesgo en su origen.
Es importante que los ruidos no superen períodos prolongados de más de 85 dB, umbral que se considera peligroso para la pérdida de audición, por eso además de realizar mediciones para controlar el polvo en obras, también es importante medir la presión sonora.
Mediciones de ruido y polvo en obras
En base a lo visto anteriormente, queda claro que emplear equipos de medida y control de polvo y ruido en obras de construcción supone una ventaja significativa tanto desde el punto ambiental como en términos de salud pública y cumplimiento normativo.
Medir niveles de presión sonora y material particulado asegura que las obras se realicen dentro de los límites establecidos, evitando posibles sanciones legales. Además, al disponer de datos objetivos sobre el impacto ambiental de las obras permite evaluar la efectividad de las medidas de control existentes y ajustar las estrategias en función de las condiciones reales.
Asimismo, llevar a cabo mediciones de ruido y polvo en obras permite la implementación de medidas correctivas basadas en datos en tiempo real, lo que contribuye a proteger la salud de los trabajadores y de la comunidad, evitando posibles quejas vecinales.
Equipos portátiles de monitorización como Nanoenvi EQ están diseñados específicamente para el control de emisiones de polvo y ruido en obras de construcción al medir parámetros como el polvo en suspensión en diferentes fracciones (PM10, PM 2.5) y disponer de un sonómetro que evalúa el nivel de ruido.
Con esta solución, Envira apuesta por la tecnología de sensores IoT para medir en tiempo real la calidad del aire, visible desde su plataforma de datos, y enviar alertas en los casos en los que se superen los umbrales establecidos.