Los niños, cuyos sistemas respiratorios aún están en desarrollo, son más susceptibles a los efectos adversos de los contaminantes del aire. Es por esto que medir y controlar la calidad del aire interior en colegios y en escuelas infantiles debería ser una prioridad por parte de los centros educativos.
¿Por qué afecta más la calidad del aire interior a los niños?
Tanto en edad escolar como preescolar, los niños pasan gran parte de su tiempo en el interior de escuelas o colegios.
Esto implica que si la calidad del aire en espacios interiores es deficiente debido a la presencia de contaminantes por falta de ventilación, los niños estarán expuestos a ellos durante periodos de tiempo prolongados.
Los sistemas respiratorio e inmunológico en edades infantiles todavía se encuentran en etapas de desarrollo, con vías respiratorias más estrechas y pulmones más pequeños en comparación con los adultos y unas defensas menos capaces de combatir enfermedades y alergias.
Estas características facilitan la penetración de partículas nocivas en los pulmones, llegando a causar daños pulmonares y dificultades respiratorias.
Además, la tasa metabólica de los niños es más elevada que la de los adultos, lo que implica que inhalen más cantidad de aire y, por ende, reciban una mayor cantidad de contaminantes en relación con su tamaño corporal.
Efectos de la calidad del aire en la salud de los alumnos
A medida que los niños pasan una gran parte de su tiempo en entornos cerrados, es fundamental garantizar que el aire que respiran sea limpio y seguro.
Una mala calidad del aire interior en los colegios puede tener efectos significativos en la salud de los alumnos, provocando fatiga, dolores de cabeza, irritación de ojos y garganta, lo que puede afectar tanto al bienestar general como al rendimiento académico.
Condiciones como el asma, la bronquitis y las alergias respiratorias también pueden verse agravadas.
En el caso de los niños en edad de preescolar la exposición a la buena o mala calidad del aire es incluso más relevante, pues su sistema inmunológico está incluso menos desarrollado que el de niños de más edad.
Principales contaminantes en los centros educativos
Algunos de los parámetros clave que pueden empeorar la calidad del aire interior en escuelas infantiles y colegios:
- Dióxido de Carbono (CO2): los altos niveles de este gas pueden indicar una mala ventilación y por consiguiente, la acumulación de otros contaminantes.
- Material particulado (PM10 y PM 2.5): las partículas finas en suspensión pueden acceder al sistema respiratorio y llegar incluso a nivel alveolar, causando problemas serios de salud.
- Compuestos orgánicos volátiles (COVs): las emisiones de productos químicos con alto grado de volatilidad a temperatura ambiente procedentes de materiales de construcción, muebles, productos de limpieza… que pueden causar problemas respiratorios y cutáneos.
- Contaminantes biológicos: los ambientes interiores en colegios y escuelas infantiles son un foco constante de virus y bacterias, ya que se favorecen la mala calidad del aire provocada por una falta de ventilación y la falta de desarrollo del sistema inmune de los niños para propagarse en un ciclo casi continuo.
Estos parámetros contaminantes se ven influenciados, además, por la temperatura y la humedad relativa: la temperatura, por ejemplo, aumenta la volatilización de los COVs y favorece la proliferación de alérgenos y bacterias en el aire interior, al igual que lo hace la humedad relativa, empeorando así la calidad del aire.
¿Cómo afecta la contaminación ambiental al aprendizaje?
Cuando en las aulas de los colegios y escuelas los niños se encuentran con una mala calidad del aire día tras día, se pueden desencadenar o empeorar dificultades respiratorias que afectan directamente a su capacidad de concentración y a su rendimiento académico por fatiga, malestar o dolor de cabeza y garganta.
La contaminación del aire aumenta también el riesgo de enfermedades infecciosas como gripes y resfriados debido a la exposición a agentes patógenos presentes en el aire, provocando ausencias escolares que afectan a la continuidad del aprendizaje.
Si además el ambiente interior presenta olores desagradables y falta de frescura, se genera una sensación de incomodidad que puede distraer a los estudiantes y dificultando así su concentración.
¿Cómo mejorar la calidad de aire en las aulas? La importancia de la monitorización
Queda claro, por tanto, que la calidad del aire en el interior de los colegios es un aspecto crucial para el bienestar y la salud tanto de los alumnos como del personal docente.
Para mejorar la calidad del aire en las aulas es importante contar con estrategias efectivas de ventilación y climatización como marca el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) donde se incluirían las aulas de colegios y escuelas infantiles.
Pero, ¿y cómo saber si la ventilación y la climatización están siendo efectivas para mejorar la calidad del aire interior?
La única forma es controlar los parámetros contaminantes mediante el uso de dispositivos para medir la calidad del aire interior.
Nanoenvi IAQ es un monitor de la calidad del aire interior basado en sensores IoT de alta definición y certificado por RESET que permite medir hasta 7 parámetros atmosféricos: CO2, COVs, Partículas, CO, Temperatura, Humedad relativa y presión atmosférica.
Su sistema de alarmas configurables permite definir alertas personalizadas que avisan cuando un contaminante supera los umbrales establecidos, momento en el que la calidad del aire empeora y deben ponerse en marcha las estrategias de ventilación.