M2M e IoT son dos términos que en los últimos años han despertado gran interés y han generado abundante literatura, pero también mucha confusión y cierto desgaste a consecuencia de su abusivo uso. Aunque ambos conceptos tienen en común que sirven para compartir información entre dispositivos (de hecho, ciertos autores sugieren que el IoT podría considerarse una evolución del M2M, aunque otros afirman que el M2M es un subconjunto del IoT), su principal diferencia es quizás cómo lo hacen.
Mientras el M2M hace referencia a la comunicación punto a punto, es decir, aquella que se establece entre un emisor y un receptor gracias a un módulo de hardware incrustado en la propia máquina, el IoT se basa en redes IP basadas en estándares para interconectar datos de dispositivos con una plataforma en la nube o middleware, que el «software que proporciona servicios a las aplicaciones».
¿Qué es el M2M y el IoT? Definiciones y aclaraciones
La comunicación máquina-a-máquina o machine-to-machine (M2M) se puede definir como cualquier tecnología que permite a dispositivos conectados en red intercambiar información y realizar acciones sin la intermediación de los seres humanos. No obstante, un operador autorizado puede acceder a la información y reconfigurar la maquinaria en base a la información obtenida (un ejemplo serían los planes de mantenimiento predictivo). En cierto modo, es, ante todo, una solución empresarial que conecta a las empresas con sus máquinas, permitiendo su monitorización y administración de forma remota. Este tipo de tecnología guarda una estrecha relación con las denominadas aplicaciones verticales, es decir, aquellos sistemas específicos diseñados para monitorizar o controlar diferentes variables en un mercado único o para un cliente específico.
El internet de las cosas o IoT, en cambio, tal y como comenta Luis del Barrio, director de marketing de The Mail Company en la web Manutención y almacenaje, sería «la interconexión potencial de todos los objetos inteligentes, M2M y la forma en que interactúan con la sociedad, conectando el mundo físico y digital». Se trata de un concepto mucho más amplio, vinculado a las aplicaciones horizontales, que puede implicar, por ejemplo, un análisis de los datos recopilados y la subsiguiente puesta en marcha de un protocolo de actuación/respuesta/reacción determinado.
En resumen, el IoT sería el eje que conecta las soluciones verticales M2M. De esta forma se pueden unificar bajo un mismo paraguas sistemas actuales y heredados (muy importante cuando se trabaja en un ámbito industrial en el que la maquinaría no se actualiza a menudo).
La siguiente imagen representa de forma esquemática la relación M2M-IoT en la Industria 4.0, un sector en el que Envira ofrece múltiples soluciones.
Principales diferencias entre M2M e IoT
Además de la señalada en la introducción y que a efectos del presente artículo, se considera, si no la más importante, una de las principales, existen otras diferencias entre ambos sistemas de comunicación.
- Conectividad: mientras el M2M conecta máquinas entre sí utilizando sistemas alámbricos o inalámbricos, el IoT conecta dispositivos con la nube.
- Acceso a la información: los sistemas M2M, al estar construidos sobre aplicaciones propietarias ajenas a los estándares open source, no tienen como objetivo el libre acceso a la información recabada. El internet de las cosas, en cambio, se caracteriza por diseñarse bajo criterios de interconectividad y estándares abiertos, haciendo posible que la información intercambiada sea accesible desde distintas plataformas o dispositivos.
- Interactividad: una de las principales ventajas del IoT sobre el M2M es su capacidad para interactuar a través de una comunicación bidireccional. El M2M, en cambio, se basa en comunicaciones unidireccionales.
- Escalabilidad: el IoT, al basarse en una arquitectura en la nube, tiene un potencial de escalado mucho mayor que el M2M, que queda más limitado al basarse en conexiones alámbricas o tarjetas SIM.
La siguiente imagen recoge a modo de resumen las principales diferencias señaladas.