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Decreto 11/2014, de 20 de marzo, por el que se aprueba el Plan Regional de Ámbito Sectorial denominado «Plan Integral de Residuos de Castilla y León». (BOCYL nº 57 de 24/03/2014). Se aplica a los residuos incluidos en la Ley 22/2011 y propone diversas medidas a corto, medio y largo plazo, desde una perspectiva integradora de la gestión de residuos.
El nuevo marco normativo aplicable a los residuos y la necesidad de dotar al territorio de la Comunidad de Castilla y León de un instrumento de planificación y ordenación único en el ámbito de los residuos hacen necesario aprobar el Plan Regional de ámbito sectorial denominado «Plan Integral de Residuos de Castilla y León», con la finalidad de disponer de un instrumento eficaz para impulsar el logro de los objetivos ecológicos establecidos en el ámbito de los residuos, para fomentar la prevención e integrarla con la gestión de residuos y el desarrollo económico y para lograr la colaboración de todas las partes y estamentos involucrados.
El Plan Integral de Residuos de Castilla y León es de aplicación a todos los residuos contemplados en la Ley 22/2011, de 28 de julio, que se generan en la Comunidad de Castilla y León. En concreto, este plan incluye en su ámbito material: los residuos domésticos y comerciales, los residuos industriales (no peligrosos y peligrosos), los residuos de construcción y demolición, los residuos sujetos al principio de responsabilidad ampliada del productor, tales como envases y residuos de envases, pilas y acumuladores, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, aceites usados industriales, neumáticos fuera de uso, y otros residuos sujetos a legislación específica como vehículos fuera de uso y residuos sanitarios.
En segundo lugar, el Plan Integral de Residuos de Castilla y León se caracteriza por potenciar el carácter transversal de las acciones que lo componen bajo el prisma de una política que considera al mismo nivel los aspectos ambientales, principalmente, focalizados en la prevención, los económicos y los sociales. Tiene, por lo tanto, una vocación vertebradora, al trasladar el concepto de «medio ambiente como política transversal» a la realidad del mundo de los residuos. De esta manera, además, el plan permite dar contenido a conceptos que trascienden al ámbito de la gestión de residuos, como la prevención y el desarrollo económico.
El Plan Integral de Residuos de Castilla y León se desarrolla bajo una doble perspectiva: estratégica, a largo plazo, y operativa, a corto y medio plazo.
La perspectiva estratégica del plan se manifiesta en la ausencia de un horizonte temporal definido, lo que permite mantener unas líneas de actuación que permiten desarrollar unas políticas estables a lo largo del tiempo en el campo de los residuos e incorporar al documento los cambios estructurales y sociales que han de consolidar un avance en estos conceptos.
La perspectiva operativa se refleja en la propuesta de una serie de medidas concretas a desarrollar por los distintos agentes implicados en el plan, que orientan la toma de decisiones, tanto por la administración pública, como por los agentes sociales y por los ciudadanos.
El plan se estructura en veintidós capítulos, siete anexos y un glosario.
Los capítulos se desarrollan en seis partes:
Los Anexos son: